Artículo extraido del blog: http://todoslosrostros.blogspot.com.es/
...la pequeña historia de los microrrelatos individuales y la gran Historia de los sucesos memorables nos obliga a recordar que el exilio español, el éxodo hispano, la huida masiva de decenas de miles de españoles y españolas transterrados, en torno a casi 200.000, se compuso de cientos de miles de pequeñas vivencias, acaecidas a personas hoy anónimas, desconocidas para todos, perdidas en la inmensidad del eterno olvido, dispersadas por los vientos del Destino, diseminadas entre campos y ciudades de los cinco continentes, allá en los lugares en los que esos españoles y españolas de los que ya nada sabemos tuvieron que empezar desde la nada, para comenzar a reconstruir un universo particular y personal, que tenía como génesis un escenario de guerra, muerte, tortura, pérdida, pavor y miedo.
Uno de estos héroes anónimos protagonistas de mil pequeñas microhistorias fue Florencio Castelló Sánchez. Había nacido en Sevilla en el año 1905. Era un actor español, muy conocido en la farándula sevillana y madrileña pues en sus obras e intermedios interpretaba notables papeles de secundario, alternándolos en ocasiones con coplas y cantes andaluces para los que estaba apreciablemente bien dotado. Ya antes de la guerra podemos encontrarlo actuando durante muchos años en el Teatro del Duque de Sevilla. Podemos hallar en la prensa de la época diversas referencias a su presencia en los escenarios. Pero como tantos otros artistas que conocían el sentir de los sublevados contra la gente del arte, Florencio Castelló determinó salir de España en 1936 huyendo de lo que hoy se conoce como guerra civil, es decir, huyendo del mayor atentado criminal y terrorista de la historia de Europa. Ese mismo año llegó a Argentina junto con una compañía de teatro Lírico en la que interpretaba obras andaluzas y mientras duró la contienda realizó una gira por toda Latinoamérica hasta que el 5 de agosto de 1939 llegó a México, procedente de Guatemala, entrando en el país por Tuxtla Chico, en el estado de Chiapas. En el Registro Nacional de Extranjeros en México del Archivo General de la Nación --consultable desde el portal español PARES-- podemos encontrar su ficha personal:
http://pares.mcu.es/MovimientosMigratorios/detalle.form?nid=14502...la pequeña historia de los microrrelatos individuales y la gran Historia de los sucesos memorables nos obliga a recordar que el exilio español, el éxodo hispano, la huida masiva de decenas de miles de españoles y españolas transterrados, en torno a casi 200.000, se compuso de cientos de miles de pequeñas vivencias, acaecidas a personas hoy anónimas, desconocidas para todos, perdidas en la inmensidad del eterno olvido, dispersadas por los vientos del Destino, diseminadas entre campos y ciudades de los cinco continentes, allá en los lugares en los que esos españoles y españolas de los que ya nada sabemos tuvieron que empezar desde la nada, para comenzar a reconstruir un universo particular y personal, que tenía como génesis un escenario de guerra, muerte, tortura, pérdida, pavor y miedo.
Recorte de un "ABC" del 1 de enero de 1936, en el que aparece la figura de Florencio Castelló como actor y cantaor de mucho estilo
Ficha de Florencio Castelló Sánchez en el Registro Nacional de Extranjeros en México del Archivo General de la Nación
Una vez en México, Florencio Castelló comenzó a demostrar sus dotes artísticas, por lo que rápidamente fue invitado a participar en obras de teatro y sobre todo en largometrajes cinematográficos, actuando en lo que posteriormente se conoció como la "Edad de Oro del Cine Mexicano". Allí compartió cartel y protagonismo con grandes actores como Pedro Infante, Mario Moreno Cantinflas, la española Lola Flores, etc., etc. Llegó a participar en más de 100 películas, especializándose fundamentalmente en papeles de español con acento andaluz, aunque también interpretó todo tipo de papeles, como los que desempeñó en "El ángel exterminador"(1962), de Buñuel; "Ahí viene Martín Corona" (1951), de Miguel Zacarías, con Pedro Infante y Sara Montiel; "Ni sangre ni arena" (1941), de Alejandro Galindo, con Cantinflas; "Limosna de amores" (1955), de Miguel Morayta, con Lola Flores; o "Gitana tenías que ser" (1953), de Rafael Baledón, con Carmen Sevilla y Estrellita Castro. Y muchas otras películas del ciclo andaluz de México, como "La gitana y el charro" (1965), "Chachita la de Triana" (1947), "Los siete niños de Ecija" (1947), "La morena de mi copla" (1946) o "El verdugo de Sevilla" (1942). Años más tarde, y con el desarrollo del boom televisivo, también fue muy conocido en su papel de Rudecindo Caldeiro y Escoviña, por sus apariciones en la versión televisiva de "Tres Patines".
Florencio Castelló Sánchez, actor español exiliado en México
Pero, ¿por qué el actor Florencio Castelló Sánchez forma parte hoy de la microhistoria de "Todos Los Rostros"? Porque este miembro involuntario de la diáspora española de postguerra fue quizás el andaluz más conocido durante 20 años en los hogares españoles y en muchos de los hispanoamericanos. Sin ver su cara, sin apreciar sus expresiones, sin reconocer sus facciones, el soniquete, el timbre, el acento, los dichos y los refranes de Florencio se metieron en nuestras casas para no salir nunca más de ellas. Porque Florencio Castelló Sánchez, actor español exiliado en México, era el doblador del gato Jinks, el "malévolo" minimo andaluz, permanentemente malhumorado --como quizás correspondía a la imagen de un español desterrado-- y eterno perseguidor de dos ratoncitos, Pixie y Dixie, uno cubano y el otro mexicano, que sabían esquivar las malas artes del "joío gato andalú" durante los siete minutos que venían a durar los capítulos de los dibujos animados o cartones o historietas de Hanna-Barbera. Pero como el mismo Florencio nos recordaba, muchos aprendimos el más puro, digno, bello y gracioso andaluz occidental gracias a frases como "odio a muerte a ehto mardito roedore", “ay mare mia de mi arma”, “oigan roeore: cuando oh agarre oh voy a dar una sarta e’ palo’”...
El gato andalú Jinks, sempiternamente interpretado por la voz magistral de Florencio Castelló
Florencio Castelló en la producción mexicana "El albañil" (José Estrada, 1974)
Florencio Castelló Sánchez murió el 23 de agosto de 1986 en México distrito federal. Su voz y su figura aún está a la espera de recibir homenaje en su Sevilla natal, si bien el hecho de que permaneciera en México hasta el último de sus días una vez ya fallecido el dictador asesino Francome hace pensar que pudiera sentir y haber sentido por México lo mismo que sintió José Balmes, el intelectual español afincado en Chile, que se expresaba de esta guisa hablando de nueva patria y de su amigo Neruda: “Nunca jamás, ni siquiera al final de mi vida voy a hacer lo suficiente por agradecer el hecho de estar en este país y de ser ciudadano chileno, gracias justamente a Pablo Neruda. Como alguien dijo alguna vez ‘las deudas de amor no se terminan de pagar nunca’ y esta es una gran deuda que yo tengo con él todavía”.
Florencio Castelló Sánchez murió el 23 de agosto de 1986 en México distrito federal. Su voz y su figura aún está a la espera de recibir homenaje en su Sevilla natal, si bien el hecho de que permaneciera en México hasta el último de sus días una vez ya fallecido el dictador asesino Francome hace pensar que pudiera sentir y haber sentido por México lo mismo que sintió José Balmes, el intelectual español afincado en Chile, que se expresaba de esta guisa hablando de nueva patria y de su amigo Neruda: “Nunca jamás, ni siquiera al final de mi vida voy a hacer lo suficiente por agradecer el hecho de estar en este país y de ser ciudadano chileno, gracias justamente a Pablo Neruda. Como alguien dijo alguna vez ‘las deudas de amor no se terminan de pagar nunca’ y esta es una gran deuda que yo tengo con él todavía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario