las metrópolis continúan extendiéndose con las funestas revolución liberal y revolución industrial, triunfo de la ciudad sobre el campo, del Estado sobre la población, de un estilo de vida artificial sobre otro natural y digno. las grandes ciudades dificultan la autogestión y autonomía. el Estado controla férreamente a la gente, arruina la libertad de conciencia, el dinero es señor absoluto en la vida de todos, la convivencia es casi imposible, es el reino de la soledad, la incomunicación, la depresión, el egoísmo, el recelo, la violencia entre iguales, del aferramiento a las cosas y a los placeres supuestamente alcanzables por medio del consumo de cosas y servicios mercantilizados. hoy son el ambito privilegiado de la sociedad del espectáculo........
pero la formulación de las necesidades espirituales que han de constituir una población libre, digna y creativa es algo prioritario:
la necesidad de verdad, ejercitando las facultades intelectivas y sensitivas tras la certidumbre, y bregando contra el error y la mentira.
el anhelo de libertad, exigencia de la facultad volitiva innata en los seres humanos.
la convivencia y afecto mutuo. el deseo de belleza. la necesidad de pertenecer a un pueblo, a una cultura y sentirse parte de él en el seno de una humanidad libre, fraternal y plural.
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