Del conflicto de la semana pasada en relación al parón de los controladores aéreos, se deducen varias cuestiones:
Que este boicot es solamente la punta del iceberg, que nos encontramos ante asuntos mucho más graves y que ponen en evidencia el estado paupérrimo que sufre España.
En su contexto, este parón precede a una serie de
actuaciones por parte del gobierno, entre ellas, la supresión de los 400 eur a parados de larga duración y el proceso de desmantelación y privatización de
AENA, donde más de la mitad de los
aeropuertos de España son deficitarios.
El Estado Español tiene unas tasas de
deficit escandalosas, unido a las altas tasas de paro las cuales rozan el 20%. Si la economía de España flaqueaba, el plan de rescate a la banca privada ha dejado las arcas públicas temblando. El gobierno resuelve quitar prestaciones sociales, como los 2500 eur por bebé nacido.
Este País se encuentra en un proceso contradictorio en el que las fuerzas comienzan a desperezarse. Si los controladores se quejan de
sobreexplotación porque no hay personal suficiente para cubrir las demandas que requieren los aeropuertos, el Gobierno resuelve paliar los primeros síntomas con el uso de la fuerza. El problema no está resuelto, y los métodos de coacción son caducos.
El gobierno, ante la que se avecina, ha decretado el estado de alarma que dura 15 dias y que estudian se prolongue
2 meses más, visto el exitazo de la maniobra, en la que la opinión pública y los medios de comunicación de masas han callado y otorgado.
Que esto pueda crear precedentes queda fuera de toda duda. Como digo, la lógica de un sistema podrido y que se tambalea no le queda otra que justificar sus contradicciones e imponer sus políticas a través del uso de la fuerza. Con acciones como esta el gobierno queda retratado y pone de duda a quienes realmente sirven los poderes del Estado.
La gran duda es como y hasta cuando la población española va a tomar conciencia de la gravedad de la situación y va a responder como se merece. Por primera vez en la historia de España desde la transición hasta nuestros días, el gobierno ha declarado el estado de alarma, ha sacado al ejercito de los cuarteles con la justificación de "tomar el control del espacio aéreo", eufemismo que venia a decir que iban a obligar a los controladores a trabajar bajo ley militar y coaccionados bajo amenaza de penas de cárcel hasta de 10 años.
Abro paréntesis para apuntar que las acciones de los controladores no han sido las más inteligentes. Este tipo de acciones tan impopulares (siendo un servidor uno de los afectados por esta situación que comenzó el viernes pasado) y que iban a generar un sentimiento de repudio han sido utilizadas por el Gobierno para evitar sus propios errores. El gremio de controladores debería haber previsto de antemano esta jugada y haber actuado de forma consecuente, utilizando mecanismos de información para hacer ver a la gente sus demandas ante el panorama actual y preavisar se sus acciones.
Se han convertido en los chivos expiatorios y en el centro de todos los males de España, como digo, un día después que el Gobierno aprobara el "pack" de
medidas antisociales. Ahora todo el mundo odia a los controladores, a esa casta de "privilegiados" que se quejan de vicio, en un país intrínsecamente corrupto que se empeña en mantener un modelo económico que tiene los días contados.
Así nos va. Mientras el resto de paises se quedan literalmente flipados con el Gobierno de España, el populacho saca las antorchas y aplaude que el ejercito salga de su reducto y se impongan las leyes militares.
Vamos a ver qué pasa.
Komikelx